lunes, 13 de diciembre de 2010
¿Cómo enseñarle a dormir a nuestros bebés?
El dormir es un hábito que se aprende, y se aprende ya desde que los bebés salen de las panzas de sus mamás. El 98% de los niños a los que les cuesta dormir tienen un hábito mal adquirido que les impide descansar bien.
El recién nacido no distingue entre día y noche. En el útero materno pasaba horas durmiendo y otras despierto, alternativamente, sin horarios preestablecidos.
Cuando el bebé nace, son los padres los que deben enseñarle a dormir. Todos los bebés saben dormir, pero no todos saben hacerlo bien. A partir del tercer o cuarto mes algunos niños pueden dormir de corrido toda la noche y otros se despiertan varias veces.
No es sencillo enseñarle a dormir a un recién nacido pero se logra con una rutina diaria, paciencia y perseverancia.
También hay que darle pautas para que aprenda a distinguir el día de la noche, el silencio del ruido, los horarios de comida, etc.
Los bebés lloran y lo hacen por diferentes causas (hambre, sueño, frío, calor). No es conveniente alimentarlos inmediatamente ante el primer llanto porque no siempre que lloran significa que lo hacen por hambre. A veces se calman solo por el contacto con la mamá.
Diferenciar el día de la noche...
Para ayudar a que el bebé pueda diferenciar entre el día y la noche es conveniente que de día esté en un lugar de la casa distinto del que va a estar a la noche. Puede estar en el living, en la cocina, en el cochecito o bebesit durante el día (aún cuando duerme). No es necesario que haya silencio absoluto en esos lugares donde está el bebé, puede haber música o ruidos de las tareas habituales que se realizan en la casa. De noche lo conveniente es que sí haya más silencio, menos luz, mayor tranquilidad y que duerma en su cuna. Los momentos en los que está despierto, hay que hablarle, mimarlo y jugar con él para que empiece a diferenciar entre el estar dormido y despierto.
Establecer rutinas...
Es bueno establecer rutinas, como por ejemplo bañarlo antes de la comida anterior a que se vaya a dormir por la noche. Hay que tratar de hacerlo siempre en el mismo horario.
El bebé debe dormir con ropa cómoda, y no tener ni frío ni calor.
No se recomienda que el niño se duerma en brazos. Es mejor acostarlo solo en su cuna y cantarle una canción o hablarle despacito, diciéndole que tiene que dormir y despedirse.
Generalmente los recién nacidos se duermen mientras se alimentan, se espera que hagan un provechito y se lo acuesta. Esto se hace para que desde el principio el bebé reconozca su cuna como lugar de dormir.
Así cuando se despierte en el medio de la noche, estará en el mismo lugar donde se durmió. De todas maneras los recién nacidos están en una etapa en la que el despertar tiene que ver más con el hambre, pero a la vez es la edad ideal para comenzar a enseñarles este hábito de dormirse solos en su cunita.
viernes, 10 de diciembre de 2010
GANADORES DEL CONCURSO #MELODY
Si participaste en el concurso de Melody vìa twitter, atento por que aquì van los nombres de los ganadores, los cuales fueron seleccionados por la cantidad de Retweet que hicieron a @melodijomimama:
1. Barbara Mora @Barbara_Mora
2. Karen Reyes @ KaKa_Reyes
3. Sophia Acosta @Skam28
4. Carina Candela @CarinaCandela
5. Carolina Sánchez @Labritte
6. Elinda Prieto @Elindadematos
7. Susana @Soysugar
8. Andreina Madrid @amadrid24
9. Lady Castillo @Ladyhelenc
10. Herlis Dominguez @Herlisndm
Las ganadoras deberàn enviar un email a luis.diaz@valebron.com, indicando nombre y apellido, nùmero de cèdula, email, direcciòn y nùmero de telefono.
Luego recibiràn la informaciòn para retirar su premio.
Gracias a Todos por participar y seguir los consejos para ti y tu bebè.
Equipo de Productos Melody
lunes, 6 de diciembre de 2010
QUE ES LA PREECLAMPSIA
Qué es la preeclampsia?
La preeclampsia, o toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que puede afectar del 5% al 8% de las mujeres embarazadas. El diagnóstico de preeclampsia se establece cuando aparecen hipertensión arterial, edemas (retención de líquidos) junto a proteínas en la orina luego de las 20 semanas de gestación, en el momento del parto o incluso después del nacimiento. Con menos frecuencia, la preeclampsia aparece antes de las 20 semanas de embarazo, como en los casos de enfermedad trofoblástica gestacional (mola hidatiforme) o síndrome antifosfolipídico (trombofilias).
La preeclampsia puede ser leve, moderada o severa, dependiendo de las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina y su progresión puede ser muy lenta o aparecer bruscamente al final del embarazo. La enfermedad se soluciona con el nacimiento, que deberá programarse basándose en la edad gestacional y el estado de salud materno-fetal.
¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la del bebé?
Cuanto màs precoz sea la aparición de la preeclampsia, mayores serán los riesgos de la madre y del bebé.
En la mayoría de los casos la preeclampsia aparece en las últimas semanas del embarazo y con un adecuado control médico obstétrico, reposo, dieta sana y supervisión de la salud del bebé, no hay riesgos importantes para la salud de la madre y el bebé.
En los casos de preeclampsia severa, hay riesgos de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias que pueden tener consecuencias importantes tanto en la madre como en la salud del bebé, incluso riesgos en la vida de ambos. Por esta razón, en casos de preeclampsia severa se aconseja el nacimiento lo más pronto posible, incluso corriendo riesgos de prematurez importante en el recién nacido
La preeclampsia se asocia a una vasoconstricción arterial, lo que provoca una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos importantes como los riñones, hígado, cerebro y también la placenta. Como consecuencia hay un disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé que le impide un crecimiento intrauterino adecuado, favorece una disminución en el volumen de líquido amniótico, y en casos extremos puede ser causa de un desprendimiento prematuro de placenta, asociado a numerosos riesgos en la salud del bebé.
La retención de líquidos o edema asociada a la preeclampsia se debe a la disminución de proteínas en la sangre y a alteraciones en los vasos capilares, que permite la salida de líquidos a los tejidos y también la eliminación de proteínas por la orina.
Afortunadamente muy pocas veces la preeclampsia provoca convulsiones en los casos más severos con altísimo riesgo en la salud de la madre o el bebé. Este último cuadro se denomina eclampsia.
La eclampsia suele ser precedida de síntomas característicos como visión borrosa, cefaleas intensas, dolores intensos en el abdomen superior y vómitos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas iniciales de la preeclampsia pueden pasar desapercibidos debido a que se confunden con los síntomas propios del embarazo, como el aumento de peso y la retención de líquidos (edema). La forma de detectarla es mediante el control de la presión arterial en todas las consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas. Por esta razón es fundamental un buen control obstétrico y asistir a todas las consultas.
Se considera hipertensión arterial cuando tu presión sistólica es mayor de 140 mm. y la diastólica de más de 90mm. hg. Es normal que la presión varíe a lo largo del día, por lo cual se necesitan tres controles de presión arterial por encima de los valores normales para considerar hipertensión arterial.
El test en la orina se realiza con una tira reactiva, similar al test de embarazo casero, que se sumerge en la orina. El resultado también puede variar durante el día, por lo que si se sospecha que puede haber un problema deberás recoger la orina durante 24 hs. para realizar el test nuevamente.
Debes tener en cuenta que la preeclampsia puede aparecer en el intervalo entre tus consultas prenatales, por lo cual debes estar atenta a los síntomas iniciales:
• Aumento de peso de más de 2 kg. en una semana.
• Hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos.
• Alteraciones en la visión: Visión borrosa, doble, ver estrellitas luminosas, intolerancia a la luz.
• Dolores abdominales intensos, vómitos o náuseas importantes.
• Cefaleas intensas y persistentes.
¿Por qué se produce?
Se desconoce el mecanismo final de la aparición de esta enfermedad. Se especula que pude existir una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, pero son teorías que todavía no se han confirmado.
Sí se sabe que esta enfermedad es más frecuente en mujeres que padecen de hipertensión arterial, diabetes, en casos de enfermedades de la coagulación previas (trombofilias), enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso, embarazos múltiples, ser madre primeriza o en los extremos de la vida fértil.
También si en embarazos anteriores has tenido preeclampsia antes de cumplir las 30 semanas de embarazo tendrás un 40% de riesgo de desarrollarla nuevamente en otro embarazo.
¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia?
Si tienes presión arterial elevada previa al embarazo o durante la primera mitad de tu embarazo se te diagnosticará una hipertensión crónica. Si este fuera el caso se te realizarán controles obstétricos más frecuentemente y se controlará muy de cerca tu presión arterial y el crecimiento de tu bebé. Seguramente recibirás una medicación específica y una dieta lo más saludable posible asociada con más horas de reposo del habitual.
¿Cómo puedo evitarla?
La mejor manera de prevenir esta enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y estar alerta ante cualquier síntoma que pudiera aparecer para consultar lo antes posible con tu médico y comenzar el tratamiento adecuado.
Fuente: http://www.babysitio.com
La preeclampsia, o toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que puede afectar del 5% al 8% de las mujeres embarazadas. El diagnóstico de preeclampsia se establece cuando aparecen hipertensión arterial, edemas (retención de líquidos) junto a proteínas en la orina luego de las 20 semanas de gestación, en el momento del parto o incluso después del nacimiento. Con menos frecuencia, la preeclampsia aparece antes de las 20 semanas de embarazo, como en los casos de enfermedad trofoblástica gestacional (mola hidatiforme) o síndrome antifosfolipídico (trombofilias).
La preeclampsia puede ser leve, moderada o severa, dependiendo de las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina y su progresión puede ser muy lenta o aparecer bruscamente al final del embarazo. La enfermedad se soluciona con el nacimiento, que deberá programarse basándose en la edad gestacional y el estado de salud materno-fetal.
¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la del bebé?
Cuanto màs precoz sea la aparición de la preeclampsia, mayores serán los riesgos de la madre y del bebé.
En la mayoría de los casos la preeclampsia aparece en las últimas semanas del embarazo y con un adecuado control médico obstétrico, reposo, dieta sana y supervisión de la salud del bebé, no hay riesgos importantes para la salud de la madre y el bebé.
En los casos de preeclampsia severa, hay riesgos de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias que pueden tener consecuencias importantes tanto en la madre como en la salud del bebé, incluso riesgos en la vida de ambos. Por esta razón, en casos de preeclampsia severa se aconseja el nacimiento lo más pronto posible, incluso corriendo riesgos de prematurez importante en el recién nacido
La preeclampsia se asocia a una vasoconstricción arterial, lo que provoca una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos importantes como los riñones, hígado, cerebro y también la placenta. Como consecuencia hay un disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé que le impide un crecimiento intrauterino adecuado, favorece una disminución en el volumen de líquido amniótico, y en casos extremos puede ser causa de un desprendimiento prematuro de placenta, asociado a numerosos riesgos en la salud del bebé.
La retención de líquidos o edema asociada a la preeclampsia se debe a la disminución de proteínas en la sangre y a alteraciones en los vasos capilares, que permite la salida de líquidos a los tejidos y también la eliminación de proteínas por la orina.
Afortunadamente muy pocas veces la preeclampsia provoca convulsiones en los casos más severos con altísimo riesgo en la salud de la madre o el bebé. Este último cuadro se denomina eclampsia.
La eclampsia suele ser precedida de síntomas característicos como visión borrosa, cefaleas intensas, dolores intensos en el abdomen superior y vómitos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas iniciales de la preeclampsia pueden pasar desapercibidos debido a que se confunden con los síntomas propios del embarazo, como el aumento de peso y la retención de líquidos (edema). La forma de detectarla es mediante el control de la presión arterial en todas las consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas. Por esta razón es fundamental un buen control obstétrico y asistir a todas las consultas.
Se considera hipertensión arterial cuando tu presión sistólica es mayor de 140 mm. y la diastólica de más de 90mm. hg. Es normal que la presión varíe a lo largo del día, por lo cual se necesitan tres controles de presión arterial por encima de los valores normales para considerar hipertensión arterial.
El test en la orina se realiza con una tira reactiva, similar al test de embarazo casero, que se sumerge en la orina. El resultado también puede variar durante el día, por lo que si se sospecha que puede haber un problema deberás recoger la orina durante 24 hs. para realizar el test nuevamente.
Debes tener en cuenta que la preeclampsia puede aparecer en el intervalo entre tus consultas prenatales, por lo cual debes estar atenta a los síntomas iniciales:
• Aumento de peso de más de 2 kg. en una semana.
• Hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos.
• Alteraciones en la visión: Visión borrosa, doble, ver estrellitas luminosas, intolerancia a la luz.
• Dolores abdominales intensos, vómitos o náuseas importantes.
• Cefaleas intensas y persistentes.
¿Por qué se produce?
Se desconoce el mecanismo final de la aparición de esta enfermedad. Se especula que pude existir una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, pero son teorías que todavía no se han confirmado.
Sí se sabe que esta enfermedad es más frecuente en mujeres que padecen de hipertensión arterial, diabetes, en casos de enfermedades de la coagulación previas (trombofilias), enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso, embarazos múltiples, ser madre primeriza o en los extremos de la vida fértil.
También si en embarazos anteriores has tenido preeclampsia antes de cumplir las 30 semanas de embarazo tendrás un 40% de riesgo de desarrollarla nuevamente en otro embarazo.
¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia?
Si tienes presión arterial elevada previa al embarazo o durante la primera mitad de tu embarazo se te diagnosticará una hipertensión crónica. Si este fuera el caso se te realizarán controles obstétricos más frecuentemente y se controlará muy de cerca tu presión arterial y el crecimiento de tu bebé. Seguramente recibirás una medicación específica y una dieta lo más saludable posible asociada con más horas de reposo del habitual.
¿Cómo puedo evitarla?
La mejor manera de prevenir esta enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y estar alerta ante cualquier síntoma que pudiera aparecer para consultar lo antes posible con tu médico y comenzar el tratamiento adecuado.
Fuente: http://www.babysitio.com
miércoles, 1 de diciembre de 2010
¡Feliz Navidad!
Llega navidad, época de paz, amor y reconciliación. Abramos el corazón al espíritu de BELÉN. Que el ejemplo de la familia de Nazaret reconforte nuestros hogares y se abra una luz de esperanza
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