viernes, 21 de enero de 2011

¡Bebé a Bordo!



Decimos que queremos mucho a nuestros hijos, antes de que nazcan los esperamos con muchas ganas, preparamos miles de detalles para recibirlos con bombos y platillos. Pero muchas veces vemos viajar bebés en las piernas de las mamás sin ninguna protección especial: el bebé sin sillita y la mamá sin cinturón. La silla para el auto es una las cosas que hay que tener en cuenta, para que llevar un bebé a bordo sea realmente un acto de amor y seguridad.




Cada cual con su sillita. ¿Para qué? Para salvarles la vida en caso de accidentes. Cuando mamá, papá y el bebé viajan en el auto, aunque no lo sientan, están desplazándose a la misma velocidad que el vehículo y al unísono con él. En caso de un frenazo brusco todo lo que no se encuentre atado dentro del auto seguirá su viaje hacia adelante y sólo se detendrá cuando choque contra algo (puede ser la parte delantera del coche, el parabrisas, el asfalto, etc.).
Por eso es importantísimo que niños mayores y adultos viajen con los cinturones de seguridad ajustados y que los niños más pequeños lo hagan sujetos a sillas especiales que se fijan al asiento con el cinturón de seguridad del vehículo. Los niños, por su estatura y estructura ósea, no alcanzan a ser protegidos adecuadamente sólo con el cinturón de seguridad.


Lo que algunos padres piensan




• A mi bebé lo llevo en brazos porque es más seguro
En caso de choque, aún a 10 km/h, un adulto es expulsado hacia adelante y la tendencia instintiva es abrir los brazos para frenar el impacto. En un instante habrá soltado al bebé.
• La sillita solamente hace falta si se circula en ruta a gran velocidad
El setenta por ciento de los accidentes ocurre en trayectos cortos, a menos de 15 km del domicilio y a alrededor de 50 km/h. A esta velocidad, el choque es similar a la caída de un cuarto piso y un niño de 25 kg será arrojado hacia adelante con una fuerza equivalente a una tonelada.
• En caso de accidente es mejor que esté suelto y salga despedido
Las estadísticas demuestran que ser despedido fuera del vehículo aumenta 6 veces las posibilidades de morir en el accidente. Además el veinte por ciento de los niños accidentados, no atados, salen expulsados fuera del vehículo por el parabrisas.
• Los chicos no soportan estar atados
Es una cuestión de hábito. Está demostrado que cuando los niños se acostumbran desde pequeños a viajar sujetos lo toleran muy bien.
• Los sistemas de cinturón no son cómodos
Todos los asientos y correajes están diseñados para brindar máximo confort y los más pequeños cuentan con especiales condiciones de comodidad: tienen apoyos laterales y formas adaptadas para el descanso de las piernas del bebé y pueden viajar sobre elevados para que puedan ver a su alrededor.

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