¡Enséñales a cuidar el Planeta!
Educar a los niños en el respeto al medio ambiente no sólo contribuye a mejorar su calidad de vida en el futuro y la salud de nuestro planeta, sino también a mejorar la salud de nuestros hijos. Según la OMS, cada año mueren más de tres millones de menores de cinco años por causas y afecciones relacionadas con el medio ambiente. El cambio climático, la contaminación, el agujero de la capa de ozono… son problemas por todos conocidos pero, ¿sabes qué puedes hacer para que desaparezcan?
Educar a los niños en el respeto al medio ambiente no sólo contribuye a mejorar su calidad de vida en el futuro y la salud de nuestro planeta, sino también a mejorar la salud de nuestros hijos. Según la OMS, cada año mueren más de tres millones de menores de cinco años por causas y afecciones relacionadas con el medio ambiente. El cambio climático, la contaminación, el agujero de la capa de ozono… son problemas por todos conocidos pero, ¿sabes qué puedes hacer para que desaparezcan?
El medio ambiente y la salud
Los niños de hoy son los adultos de mañana, por eso, enseñarles desde pequeños a cuidar y respetar el medio ambiente les convertirá en personas conscientes de los peligros que conlleva el mal uso de los recursos naturales. Cada vez son más las organizaciones y asociaciones preocupadas por concienciar a la población de los problemas que nos vamos a encontrar de aquí a unos pocos años por la contaminación, la desertización, el deshielo, el cambio climático, etc. Algunas de las consecuencias ya se han empezado a notar, como las terribles sequías que azotan unos países, o las catastróficas tormentas que asolan otros.
También nuestra salud está comenzando a acusar estos cambios: aumento del cáncer de piel, problemas respiratorios, problemas en el desarrollo neurológico… Y, como siempre, los más afectados son los niños. Cada año mueren más de tres millones de menores de 5 años por causas y afecciones relacionadas con el medio ambiente. Estos problemas varían según la zona: En los países en desarrollo, los riesgos y la contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales.
La exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud puede comenzar antes del nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento. La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos persistentes pueden afectar a la salud del feto.
Para contrarrestar estos efectos, la Organización Mundial de Salud (OMS) y la UE han creado una Estrategia europea en materia de medio ambiente y salud denominada Scale (acrónimo inglés de Science, Children, Awareness, Legal instrument, Evaluation). El objetivo final es comprender mejor las relaciones de causa-efecto entre el medio ambiente y la salud, identificar y reducir las nuevas amenazas medioambientales, así como reforzar la capacidad de la Unión para legislar de manera más eficaz en este ámbito.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Aunque parezca que sólo los gobiernos tienen la capacidad de salvar los recursos naturales del Planeta, lo cierto es que cada pequeño grano de arena ayuda, si no a mejorar la situación, sí a que no empeore aún más. Las medidas educativas son claves en este proceso de mejora. Muchas comunidades autónomas y organizaciones no estatales están llevando a cabo campañas en colegios para enseñar a los niños la importancia de cuidar y respetar nuestro medio ambiente. Pero la labor de los padres es esencial en este proceso. No sólo enseñarles lo que se puede hacer, sino predicar con el ejemplo. Tareas tan fáciles y sencillas como reciclar, o apagar las luces si no se están usando, ayudan a que los niños adopten desde pequeños una actitud respetuosa con el medio ambiente, y que al ir haciéndose mayores, vayan adoptando medidas cada vez más importantes para poder dejar un mundo habitable a nuestros nietos.
Pequeños grandes gestos para cuidar nuestro planeta:
-Mientras te lavas los dientes o te enjabonas en la ducha, cierra el grifo y ahorra agua.
-Siempre que puedas, camina o ve en bici. Haces ejercicio y es de lo más divertido. Si no puedes, lo mejor es utilizar el transporte público.
-Si no los estás usando, apaga la televisión, el DVD o la computadora. Evitarás al año más de 87 kg de CO2.
-¡Recicla siempre! Es un gesto sencillísimo y muy eficaz. Reciclando la mitad de la basura de casa podemos reducir hasta 1.000 kg de CO2 al año.
-Si quieres que tus plantas estén estupendas, riégalas con el agua de hervir las verduras, cuando se haya enfriado, claro está.
-Recuerda: las pilas contaminan muchísimo. Úsalas bien y no las tires nunca junto a la basura normal. Intenta pasarte a las baterías recargables.
-Aprovecha la luz natural. Apaga las luces al salir de la habitación y elige bombillas de bajo consumo.
-La contaminación también puede ser acústica. Respeta el medio ambiente evitando el ruido innecesario, sobre todo en entornos rurales.
-Plantar un árbol es un gesto que salva vidas ¡y tú puedes hacerlo! Un solo árbol absorberá una tonelada de CO2 a lo largo de los años.
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