El tiempo que un niño pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas de preparación rápida y juguetes.
Los niños que asisten demasiada televisión están en mayor riesgo de que:
- Saquen malas notas en la escuela.
- Lean menos libros.
- Hagan menos ejercicio físico.
- Tengan problemas de sobrepeso
- Se conviertan en niños pasivos
La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los niños son impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en televisión es lo normal, seguro y aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.
La publicidad en la televisión y los niños
Los niños son los grandes explotados por la publicidad en la televisión. Los fabricantes de juguetes ganan millones a cada año por lanzar al mercado sus productos para niños. Los fines de semana y las vacaciones son sus temporadas preferidas, cuando se generan aún más beneficios económicos. Además, la publicidad televisiva proyecta estereotipos relacionados a aspectos raciales, sociales, culturales, sexuales, así como también hábitos alimentarios. Según estudios norteamericanos se emiten una media de 23 publicidades por hora, que sugieren cereales, galletas, comidas rápidas, refrescos y golosinas. Ese excesivo número de comerciales que sugieren alimentos, tiene su parte relacionada a la obesidad infantil.
Por otra parte, la exagerada representación de imágenes corporales perfectas puede contribuir al problema de la anorexia nerviosa sobre todo en adolescentes, debido a la ansiedad que provoca. Si un niño con sobrepeso aprende en la tele lo importante que es mantener la forma de una manera exagerada, va a desarrollar complejos y consecuentemente seguirá los consejos y las dietas que digan en la tele, aparte de los valores erróneos que le estará asimilando. Mas que la mitad de la publicidad contiene información errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera. De tal manera que, la TV no sólo ofrece sino que impone experiencias, condicionamientos a nuestros niños pues ellos son el principal blanco hacia el cual van dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.
Los niños que asisten demasiada televisión están en mayor riesgo de que:
- Saquen malas notas en la escuela.
- Lean menos libros.
- Hagan menos ejercicio físico.
- Tengan problemas de sobrepeso
- Se conviertan en niños pasivos
La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los niños son impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en televisión es lo normal, seguro y aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.
La publicidad en la televisión y los niños
Los niños son los grandes explotados por la publicidad en la televisión. Los fabricantes de juguetes ganan millones a cada año por lanzar al mercado sus productos para niños. Los fines de semana y las vacaciones son sus temporadas preferidas, cuando se generan aún más beneficios económicos. Además, la publicidad televisiva proyecta estereotipos relacionados a aspectos raciales, sociales, culturales, sexuales, así como también hábitos alimentarios. Según estudios norteamericanos se emiten una media de 23 publicidades por hora, que sugieren cereales, galletas, comidas rápidas, refrescos y golosinas. Ese excesivo número de comerciales que sugieren alimentos, tiene su parte relacionada a la obesidad infantil.
Por otra parte, la exagerada representación de imágenes corporales perfectas puede contribuir al problema de la anorexia nerviosa sobre todo en adolescentes, debido a la ansiedad que provoca. Si un niño con sobrepeso aprende en la tele lo importante que es mantener la forma de una manera exagerada, va a desarrollar complejos y consecuentemente seguirá los consejos y las dietas que digan en la tele, aparte de los valores erróneos que le estará asimilando. Mas que la mitad de la publicidad contiene información errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera. De tal manera que, la TV no sólo ofrece sino que impone experiencias, condicionamientos a nuestros niños pues ellos son el principal blanco hacia el cual van dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.
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